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I. E. MARISCAL CASTILLA - 1° SECUNDARIA
Este es un Blog educativo en donde compartiremos distintos artículos solo con fines pedagógicos.
jueves, 7 de mayo de 2015
HUAYLARSH ANTIGUO
ACTIVIDADES DE LA CLASE
jueves, 30 de abril de 2015
FELIZ DIA DEL TRABAJO
Muchos niños solo trabaja para solo poder comer, observa las siguientes imagenes:
Tu tienes un gran trabajo que es ESTUDIAR, realiza bien tu trabajo no defraudes a tus padres:
Esto no es una buena forma de estudiar:
Esta semana NO tenemos trabajo para el cuaderno, solo es reflexionar sobre nuestro gran trabajo, ue tenges un buen fin de semana,
domingo, 19 de abril de 2015
EL ORIGEN DE LA DANZA
HISTORIA DE
LA DANZA
La Historia de la
danza estudia la evolución de la danza a través del tiempo. Desde la
prehistoria el ser humano ha tenido la necesidad de comunicarse corporalmente,
con movimientos que expresaban sentimientos y estados de ánimo. Estos primeros
movimientos rítmicos sirvieron igualmente para ritualizar acontecimientos
importantes (nacimientos, defunciones, bodas). En principio, la danza tenía un
componente ritual, celebrado en ceremonias de fecundidad, caza o guerra, o de
diversa índole religiosa, donde la propia respiración y los latidos del corazón
sirvieron para otorgar una primera cadencia a la danza.
HISTORIA
1. MITOLOGÍA
El baile de los coribantes inventado por los curetos o coribantes,
ministros de la religión bajo los primeros titanes, lo ejecutaban al son de tambores,
de pífanos, zampoñas y al tumultuoso estrépito de los cascabeles, lanzas,
espadas y escudos. La fábula dice que con el ruido de dicho baile salvaron de
la barbarie de Saturno al pequeño Júpiter, cuya educación les había sido
confiada.
Las danzas o bailes campestres, que se dice fueron inventados por el dios
Pan, se ejecutaban en los bosques y parajes deliciosos por jóvenes de ambos
sexos coronados de ramos de encina y guirnaldas de flores.
2. ANTIGUA GRECIA
Grecia fue el primer lugar donde la danza fue considerada un arte, teniendo
una musa dedicada a ella: Terpsícore. Los primeros vestigios provienen de los
cultos a Dioniso (ditirambos), mientras que fue en las tragedias -
principalmente las de Esquilo - donde se desarrolló como técnica, en los
movimientos rítmicos del coro.
Los griegos conocieron este arte desde tiempo inmemorial, y en el octavo
libro de La Odisea vemos que los feacios obsequiaron ya en aquellos remotos
tiempos al hijo de Laertes recién llegado a la corte de Alcínoo con un baile
ejecutado por una tropa de jóvenes al son de la armoniosa lira de Demódoco, los
que bailaron con tanto primor y ligereza que Ulises quedó arrebatado por la
encantadora movilidad de sus pies. A las sabias leyes de Platón se debió el que
este arte llegase al último grado de perfección entre los griegos, como que
Ateneo nos dice que los escultores más hábiles iban a estudiar y dibujar las
varias actitudes de los bailarines, para copiarlas después en sus obras.
Platón reconoció tres especies de danzas, dos de
«honestas» y una de «sospechosa»
- La primera, de pura imitación, que con dignidad y nobleza se ajusta a las expresiones del canto y de la poesía.
- La segunda, destinada a procurar la salud, ligereza y buena gracia en el cuerpo.
- La tercera o sospechosa era de las bacantes y otras semejantes que con pretexto de cumplir con ciertos ritos religiosos imitaba la embriaguez y se abandonaban a toda suerte de excesos. Por esta razón, al paso que juzgó las dos primeras de la más grande utilidad para la república, desterró la última como contraria a la moral y buenas costumbres.
Los griegos introdujeron el baile en la escena, cuya invención se atribuye
a Batilo de Alejandría y a Pílades: el primero lo unió a la comedia y, el
segundo, a la tragedia. Esta diversión, que forma uno de los principales
placeres de la juventud, no podía menos de gustar a los romanos y a los demás
pueblos que les sucedieron.
Sócrates es alabado por los filósofos que le
sucedieron porque bailaba con primor. Platón mereció ser vituperado por haber
rehusado bailar en un baile que daba un rey de Siracusa: y Severo Catón, que en
los primeros años de su vida no cuidó de instruirse en un arte que ya se miraba
entre los romanos como un objeto serio, creyó que debía sujetarse a los 59 años
de edad a las ridículas instrucciones de un maestro de baile en Roma.
El baile armado o «danza
pírrica», cuya invención
se atribuye a Pirro hijo de Aquiles, que la ejecutó por primera vez delante de
la tumba de su padre, se hacía con la espada, la lanza y el escudo. En medio de
ella ejecutaban todas las evoluciones militares de aquellos tiempos, y formaba
una parte de la educación de la juventud de Lacedemonia. Este baile se llamaba
también por los griegos menafítico y se decía lo había inventado Minerva para
celebrar la victoria de los dioses y el abatimiento de los titanes. Los
espartanos iban al combate danzando. La danza de los festines se ejecutaba en
los intermedios o después de los banquetes. El sonido de muchos instrumentos
reunidos invitaba a los convidados a nuevos placeres: los poetas dicen que Baco
inventó este baile cuando volvió de Egipto.
Se llamaba «baile de la inocencia» a una danza que se hacía en Lacedemonia
por las doncellas de aquella ciudad enteramente desnudas delante del altar de
Diana, con graciosas y modestas actitudes y con pasos lentos y graves. Helena
se ejercitaba en este baile cuando fue vista por Paris, el que, enamorado, la
robó. Licurgo, al reformar las leyes de los lacedemonios, conservó esta danza,
la que probablemente no consideraría perjudicial a las buenas costumbres.
Los «bailes fúnebres» se ejecutaban en las exequias y
funerales. En los de un rey de Atenas, por ejemplo, una escogida tropa vestida
de largas ropas blancas rompía la marcha. Dos órdenes de jóvenes precedían al
féretro circuido de otros dos coros de doncellas. Llevaban todos coronas y
ramos de ciprés y formaban bailes graves y majestuosos al son de sinfonías
lúgubres. Luego venían los sacerdotes de las diversas divinidades del Ática,
adornados con los signos distintivos de su carácter. Caminaban lentamente y en
cadencia, cantando himnos en alabanza del difunto rey. Los bailes fúnebres de
los particulares ejecutados sobre este modelo eran proporcionados a la dignidad
de los muertos.
3. ANTIGUA ROMA
Entre los romanos se usaba una especie de danza que mejor debería llamarse
pantomima en los entierros o funerales. Un hombre tomaba el vestido del difunto
y, cubierta su cara con una máscara, iba delante de la pompa lúgubre remedando
las costumbres y modales más conocidos del sujeto que representaba, de modo que
venía a ser un orador fúnebre sin hablar una palabra, de todas las costumbres
del muerto.
El baile o danza de los
salios fue instituido por
Numa Pompilio, segundo rey de Roma, en honor de Marte, el que ejecutaban doce
sacerdotes llamados salios escogidos de las más ilustres familias de Roma.
El baile del Himeneo o
«danza nupcial» estaba en
uso entre los romanos. Se ejecutaba en los matrimonios de los antiguos por
jóvenes y doncellas coronados de flores, que con sus figuras y con sus pasos
expresaban la alegría que reina en una feliz unión. Con el tiempo este baile,
tan sencillo en su origen, pasó a ser un vivo ejemplo y una pintura la más
obscena de las funciones más secretas del matrimonio. La licencia y el
libertinaje llegaron a tal punto que el Senado se vio precisado a echar de Roma
a todos los danzarines y maestros de semejante baile.
Todos los
pueblos, como hemos dicho, tuvieron sus bailes sagrados, que eran considerados
como una parte del culto que debía tributarse a sus divinidades. Los galos, los
españoles, los alemanes, los ingleses tenían sus danzas sagradas. En todas las
religiones antiguas fueron los sacerdotes danzadores por estado. Si hemos de
dar crédito a Scaligero, los obispos fueron llamados praesules en la lengua
latina (a praesiliendo) porque ellas principiaban la danza sagrada. Así es que
en casi todas las iglesias que se construyeron en los primeros tiempos se dejaba
un terreno elevado al que se daba el nombre de coro; este era una especie de
teatro separado del altar, tal como se ve aún en el día de hoy en las iglesias
de san Clemente o de san Pancracio de Roma, en el que se ejecutaban las danzas
sagradas con la mayor pompa en todas las fiestas solemnes. Aunque estos bailes
hayan sido sucesivamente desterrados de las ceremonias de la Iglesia, no
obstante se conservan todavía en algunos pueblos católicos en honor de los
misterios más augustos de esta religión.
4. EDAD MEDIA
La danza medieval tuvo escasa relevancia, debido a la marginación a la que
la sometió la Iglesia, que la consideraba un rito pagano. A nivel eclesiástico,
el único vestigio eran las «danzas de la muerte», que tenían una finalidad
moralizadora. En las cortes aristocráticas se dieron las «danzas bajas»,
llamadas así porque arrastraban los pies, de las que se tiene poca constancia.
Fueron más importantes las danzas populares, de tipo folklórico, como el
pasacalle y la farándula, siendo famosas las «danzas moriscas», que llegaron
hasta Inglaterra (Morris dances). Otras modalidades fueron: el carol, el
estampie, el branle, el saltarello y la tarantela.
5. RENACIMIENTO
La danza renacentista tuvo una gran revitalización, debida al nuevo papel
preponderante del ser humano sobre la religión, de tal manera que muchos
autores consideran esta época el nacimiento de la danza moderna. Se desarrolló
sobre todo en Francia –donde fue llamado ballet-comique–, en forma de historias
bailadas, sobre textos mitológicos clásicos, siendo impulsado principalmente
por la reina Catalina de Médicis. Se suele considerar que el primer ballet fue
el Ballet comique de la Reine Louise (1581), de Balthazar de Beaujoyeulx. Las
principales modalidades de la época eran la gallarda, la pavana y el tourdion.
En esta época surgieron los primeros tratados sobre danza: Domenico da Piacenza
escribió De arte saltandi et choreas ducendi, siendo considerado el primer
coreógrafo de la Historia; Thoinot Arbeau hizo una recopilación de danzas
populares francesas (Orchesographie, 1588).
6. BARROCO
La danza barroca siguió desarrollándose nuevamente en Francia (ballet de
cour), donde hizo evolucionar la música instrumental, de melodía única pero con
una rítmica adaptada a la danza. Fue patrocinada especialmente por Luis XIV,
que convirtió la danza en grandes espectáculos (Ballet de la Nuit, 1653, donde
intervino el rey caracterizado de sol), creando en 1661 la Academia real de
Danza. Como coreógrafo destacó Pierre Beauchamp, creador de la danse d'école,
el primer sistema pedagógico de la danza. Las principales tipologías fueron:
minuet, bourrée, polonaise, rigaudon, allemande, zarabande, passepied, gigue,
gavotte, etc. En España también se dieron diversas modalidades de danza: seguidilla,
zapateado, chacona, fandango, jota, etc.
En el siglo XVIII -la época
del Rococó- continuó la
primacía francesa, donde en 1713 se creó la Escuela de Ballet de la Ópera de
París, la primera academia de danza. Raoul-Auger Feuillet creó en 1700 un
sistema de notación de danza, para poder transcribir por escrito la diversa
variedad de pasos de danza. En esta época la danza comenzó a independizarse de
la poesía, la ópera y el teatro, consiguiendo autonomía propia como arte, y
formulando un vocabulario propio. Se empezaron a escribir obras musicales solo
para ballet, destacando Jean-Philippe Rameau –creador de la opéra-ballet–, y
comenzaron a surgir nombres de bailarines destacados, como Gaetano Vestris y
Marie Camargo. A nivel popular, el baile de moda fue el vals, de compás ¾,
mientras que en España surgió el flamenco.
Durante el neoclasicismo el ballet experimentó un gran desarrollo,
sobre todo gracias al aporte teórico del coreógrafo Jean-Georges Noverre y su
ballet d'action, que destacaba el sentimiento sobre la rigidez gestual del
baile académico. Se buscó un mayor naturalismo y una mejor compenetración de
música y drama, hecho perceptible en las obras del compositor Christoph
Willibald Gluck, que eliminó muchos convencionalismos de la danza barroca. Otro
coreógrafo relevante fue Salvatore Viganò, que dio mayor vitalidad al «cuerpo
de ballet», el conjunto que acompaña a los bailarines protagonistas, que cobró
independencia respecto de estos.
7. ROMANTICISMO
La danza romántica recuperó el gusto por los bailes populares, las danzas
folklóricas, muchas de las cuales sacó del olvido. Surgió el clásico vestuario
de ballet (el tutú), aparecido por vez primera en el Ballet de las Monjas de
Robert le Diable (1831), de Giacomo Meyerbeer. Se empezó a componer música
puramente para ballet, destacando Coppélia (1870), de Léo Delibes. En el
aspecto teórico, destacó la figura del coreógrafo Carlo Blasis, principal
creador del ballet moderno en cuanto codificó todos los aspectos técnicos
concernientes a la danza: en El código de Terpsícore (1820) relacionó la danza
con las otras artes, efectuando estudios de anatomía y movimientos corporales,
ampliando el vocabulario relativo a la danza, y distinguiendo varios tipos de
bailarines según su físico. También introdujo el baile sobre las puntas de los
pies, en el que destacaron Marie Taglioni y Fanny Elssler. En bailes populares,
continuó la moda del vals, y aparecieron la mazurca y la polca.
A mediados del siglo XIX, con el nacionalismo musical, el centro geográfico
en cuanto a creación e innovación pasó de París a San Petersburgo, donde el
Ballet Imperial alcanzó cotas de gran brillantez, con un centro neurálgico en
el Teatro Mariinski –y, posteriormente, en el Teatro Bolshói de Moscú–. La
figura principal en la conformación del ballet ruso fue Marius Petipa, que
introdujo un tipo de coreografía narrativa donde es la propia danza la que cuenta
la historia. Hizo ballets más largos, de hasta cinco actos, convirtiendo el
ballet en un gran espectáculo, con deslumbrantes puestas en escena, destacando
su colaboración con Piotr Chaikovski en tres obras excepcionales: La bella
durmiente (1889), El cascanueces (1893) y El lago de los cisnes (1895). A nivel
popular, el baile más famoso de la época fue el can-can, mientras que en España
surgieron la habanera y el chotis.
8. DANZA CONTEMPORÁNEA
La danza contemporánea se inició nuevamente con el liderazgo del
ballet ruso adquirido a finales del siglo XIX: Mihail Fokin dio más importancia
a la expresión sobre la técnica; su obra Chopiniana (1907) inauguraría el
«ballet atmosférico» –solo danza, sin hilo argumental–. Sergéi Diágilev fue el
artífice del gran triunfo de los Ballets Rusos en París, introduciendo la danza
en las corrientes de vanguardia: su primer gran éxito lo obtuvo con las Danzas
polovtsianas de El Príncipe Igor de Aleksandr Borodin (1909), al que siguieron
El pájaro de fuego (1910), Petrushka (1911) y La consagración de la primavera
(1913), de Igor Stravinski; por último, Parade (1917) fue un hito dentro de la
vanguardia, con música de Erik Satie, coreografía de Léonide Massine, libreto
de Jean Cocteau y decorados de Pablo Picasso. En el grupo de Diágilev
destacaron los bailarines Vaslav Nijinsky, Anna Pavlova y Tamara Karsavina. Con
la Revolución soviética el ballet ruso pasó a ser un instrumento de propaganda
política, perdiendo gran parte de su creatividad, aunque surgieron grandes bailarines
como Rudolf Nureyev y Mihail Baryshnikov, y se produjeron obras memorables como
Romeo y Julieta (1935) y Cenicienta (1945), de Sergei Prokofiev, y Espartaco
(1957), de Aram Khachaturian. También alcanzó notoriedad el sistema pedagógico
ideado por Agrippina Vagánova.
La danza expresionista supuso una ruptura con el ballet clásico,
buscando nuevas formas de expresión basadas en la libertad del gesto corporal,
liberado de las ataduras de la métrica y el ritmo, donde cobra mayor relevancia
la autoexpresión corporal y la relación con el espacio. Su principal teórico
fue el coreógrafo Rudolf von Laban, quien creó un sistema que pretendía
integrar cuerpo y alma, poniendo énfasis en la energía que emanan los cuerpos,
y analizando el movimiento y su relación con el espacio. Este nuevo concepto
quedaría plasmado con la bailarina Mary Wigman. De forma independiente, la gran
figura de principios de siglo fue Isadora Duncan, que introdujo una nueva forma
de bailar, inspirada en ideales griegos, más abierta a la improvisación, a la
espontaneidad.
En el período de entreguerras destacaron las escuelas francesas y
británica, así como el despuntar de los Estados Unidos. En Francia, el Ballet
de la Ópera de París volvió al esplendor de la era romántica, gracias sobre
todo a la labor de Serge Lifar, Roland Petit y Maurice Béjart. En Gran Bretaña
destacaron figuras como Marie Rambert, Ninette de Valois, Frederick Ashton,
Antony Tudor, Kenneth MacMillan, Margot Fonteyn, etc. En Estados Unidos, donde
había escasa tradición, se consiguió en poco tiempo llegar a un alto nivel de
creatividad y profesionalización, gracias en primer lugar a pioneras como Ruth
Saint Denis, Martha Graham, Doris Humphrey y Agnes De Mille. El ruso George
Balanchine –surgido de la compañía de Diágilev– se instaló allí en 1934, donde
fundó la School of American Ballet, y produjo espectáculos que lo renombraron
como uno de los mejores coreógrafos del siglo. En los años 1950 y 1960 destacó
la actividad innovadora de Merce Cunningham que, influido por el expresionismo
abstracto y la música aleatoria de John Cage, introdujo la danza basada en la
casualidad, el caos, la aleatoriedad (chance choreography). Otro gran hito de
la época fue el West Side Story (1957) de Jerome Robbins.
Con Paul Taylor la danza entró en el ámbito de la posmodernidad, con un
manifiesto inicial en su Duet (1957), donde permanecía inmóvil junto a un
pianista que no tocaba el piano. La danza posmoderna introdujo lo corriente y lo
cotidiano, los cuerpos ordinarios frente a los estilizados de los bailarines
clásicos, con una mezcolanza de estilos e influencias, desde las orientales
hasta las folklóricas, incorporando incluso movimientos de aerobic y
kickboxing. Otros coreógrafos posmodernos fueron Glen Tetley, Alvin Ailey y
Twyla Tharp. En las últimas décadas del siglo destacaron coreógrafos como
William Forsythe y Mark Morris, así como la escuela holandesa, representada por
Jiří Kylián y Hans van Manen, y donde también se formó el español Nacho Duato.
A nivel de bailes populares, en el siglo XX ha existido una gran diversidad de
estilos, entre los que se puede remarcar: foxtrot, charlestón, claqué,
chachachá, tango, bolero, pasodoble, rumba, samba, conga, merengue, salsa,
twist, rock and roll, moonwalk, hustle, breakdance, etc.
Tomado de:
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- Realiza una linea de tiempo en donde pondrás lo mas importante de cada etapa de la historia de la danza
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Esta actividad se realizara en tu cuaderno.
jueves, 9 de abril de 2015
BIENVENIDO
Reciba un cordial saludo estimado estudiante de la I.E. Mariscal Castilla del primero de secundaria de la ciudad de Huancayo, este blog tiene un objetivo de contribuir en el proceso de enseñanza y aprendizaje que desarrollaremos a los largo de este año 2015.
Observa el siguiente vídeo:
Que expresiones artísticas puedes observar que se utilizo para la realización de esa presentación.
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